
Concreto que une: así se transforma Pamplona Baja
¿Sabes qué tienen en común Saturnino, Marilú y James? Tres vecinos de Pamplona Baja, en San Juan de Miraflores, que después de décadas de espera ven cómo sus calles, por fin, se transforman. Lo que antes era tierra, polvo y olvido, hoy es concreto firme, esperanza renovada y un barrio que vuelve a sentirse digno.
Saturnino Romero Flores, presidente de la Asociación de Vivienda El Progreso, no olvida los más de 40 años en que su comunidad vivió con calles deterioradas. “Esta obra representa un antes y un después –dice–. El concreto promete durar muchos años, pero también depende de nosotros cuidarlo para que este cambio sea permanente.”
Marilú Torres, subsecretaria general de la comunidad Jesús Poderoso, describe con emoción lo que ha significado este cambio: “Antes era tierra y polvo, pero ahora el concreto es fascinante. Esta mejora no solo facilita el transporte, sino que deja un legado para nuestros hijos y nietos.” Para ella, la obra es más que infraestructura: es dignidad recuperada.
James Serna Cobian, presidente de la Asociación de Propietarios de Pamplona Baja, Segundo Sector, destaca el impacto en la economía del barrio: “Durante años esta zona estuvo olvidada. Ahora, gracias al trabajo conjunto de la empresa privada y la municipalidad, tenemos calles que mejoran el transporte, reducen el daño en motos y combis, y permiten a los vecinos gastar menos en reparaciones. Además, hay menos polvo y el ambiente es más saludable.”
En mayo, se inauguró oficialmente la Avenida Rodríguez y Calle Zelaya, con más de 8,500 metros cuadrados de pavimento de concreto de alta resistencia, señalización vial, drenaje mejorado y mejoras en el entorno urbano. Un proyecto que beneficia de manera directa a unas 2,000 personas y que impacta también a peatones, ciclistas y conductores que transitan a diario por estas vías.


La intervención no se limitó solo a estas calles principales: los jirones Los Claveles y Las Dalias también fueron mejorados, ampliando así los beneficios para toda la zona.
Esta obra fue posible gracias a una alianza estratégica entre UNICON, la Asociación UNACEM, la Municipalidad de Lima Metropolitana y la Municipalidad Distrital de San Juan de Miraflores, quienes unieron esfuerzos para entregar una infraestructura vial segura, duradera y pensada para la comunidad.
Pero los vecinos saben que este es solo el comienzo. Saturnino, Marilú y James coinciden: el verdadero reto ahora es cuidar lo logrado y mantener viva la organización comunitaria. Sueñan con nuevos proyectos, como un parque o un mirador que siga transformando su barrio.
Porque en Pamplona Baja, esta obra no es solo concreto: es símbolo de recuperación, de orgullo barrial y de futuro compartido.

