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Asociación Miguel Grau: la historia de lucha que se convirtió en realidad gracias al apoyo de aliados estratégicos

Lucharon con gran determinación, aplicando la misma fuerza y tenacidad que utilizaban cuando eran estibadores en el Mercado Mayorista de Frutas N°2 del distrito de La Victoria, donde trasladaban mercadería con sus espaldas y brazos. Los dirigentes de la Asociación de Vivienda Miguel Grau Seminario, ubicada en Quebrada de Retamal, en Pachacámac, son un testimonio vivo de la lucha, la perseverancia y el progreso. Impulsados por el deseo de mejorar sus condiciones de vida en Manchay, hoy sueñan con una nueva etapa llena de desafíos y logros.

Fundada el 18 de abril de 2008, esta asociación de vivienda tuvo un inicio que no fue fácil pues los terrenos adquiridos eran inhóspitos, sin agua, electricidad, ni movilidad. Sin embargo, la fuerza de voluntad y la unión entre los socios fueron cruciales para superar las adversidades. Cada miembro se comprometió a cuidar el terreno y evitar invasiones, enfrentando incluso amenazas directas de traficantes de tierras. La clave de su éxito residió en la organización y la perseverancia.

Uno de los momentos más críticos fue la implementación de un reglamento interno para evitar la venta indiscriminada de lotes y asegurar que los terrenos permanecieran dentro de la comunidad original. Este reglamento fue vital para mantener la cohesión y evitar problemas que podrían haber desmoronado la asociación.

A lo largo de 16 años, la Asociación Miguel Grau ha contado con ocho juntas directivas, cada una de las cuales ha dejado una huella significativa en el desarrollo de la comunidad. Proyectos como la construcción de la cancha de fulbito, la implementación del PRONOÍ y la edificación del local comunal son ejemplos claros de los logros alcanzados gracias al trabajo colectivo y a la gestión eficiente de recursos.

El local comunal se completó gracias al apoyo de la Asociación UNACEM, que donó un total de 400 bolsas de cemento. Esta contribución permitió que la dirigencia de la asociación pudiera implementar su propia mano de obra para finalizar la construcción del local comunal.

El local comunal se completó gracias al apoyo de la Asociación UNACEM, que donó un total de 400 bolsas de cemento. Esta contribución permitió que la dirigencia de la asociación pudiera implementar su propia mano de obra para finalizar la construcción del local comunal.

La comunidad ha autofinanciado la mayoría de sus proyectos, demostrando una impresionante capacidad de organización y colaboración. Cada aniversario y evento comunitario refuerza los lazos entre los vecinos, quienes han trabajado juntos en faenas y actividades para mejorar su entorno.

La proyección de la Asociación Miguel Grau se centra en dos grandes objetivos: el saneamiento físico-legal de los terrenos y el desarrollo social de la comunidad. Obtener la titulación de los lotes no solo ofrecerá seguridad jurídica a los propietarios, sino que también abrirá puertas a nuevas oportunidades de desarrollo, como el acceso a créditos y servicios básicos.

Además, el segundo piso del local comunal está destinado a proyectos sociales como talleres, un comedor y el programa de vaso de leche. La comunidad está recolectando firmas y gestionando recursos para implementar estos programas, que beneficiarán a los más vulnerables.

Lecciones para Otras Asociaciones

La historia de la Asociación Miguel Grau ofrece valiosas lecciones para otras comunidades y asociaciones en proceso de formación. La clave del éxito reside en la organización, la unión y la perseverancia. La capacidad de los líderes para gestionar recursos y buscar aliados es crucial, pero igualmente importante es el compromiso de cada miembro de la comunidad.