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Manka Kusi: cómo una alianza estratégica se convirtió en una ventana de esperanza en Balcón de Manchay

El 28 de octubre de 2020 se convirtió en un hito de unión y solidaridad en Balcón de Manchay, Pachacámac, durante la dura batalla contra la pandemia de la Covid-19. En medio de esta crisis, mujeres decididas y comprometidas como Cristina Gutiérrez, Florencia Aragón, Patricia Panduro, Magdalena Cubas y Yovana Moris, todas vecinas del área, presenciaban el esfuerzo cotidiano de sus vecinos por llevar comida a sus hogares.

Fue entonces cuando estas valientes mujeres decidieron intervenir. Conscientes de la urgencia en su comunidad, se unieron y fundaron la primera olla común vecinal en la zona. Este gesto de empatía y determinación se convirtió en un faro de esperanza en medio de la oscuridad de la pandemia, iniciando una historia de resiliencia y colaboración en Balcón de Manchay.

“Nuestro primer plato fue aguadito de pollo, hecho con una colecta de un sol. Participaron unas 80 personas y pudimos cocinar, a pesar de las adversidades. Aún conservamos el cucharón grande de madera que nos ayudó a combatir el hambre de nuestros hijos”, compartió Cristina Gutiérrez, presidenta de la olla común.

Hoy, después de cuatro años de esfuerzo continuo, la incansable directiva de esta olla común se enfrenta al reto diario de alimentar a 70 personas, siempre encontrando soluciones para garantizar un proceso culinario sin contratiempos. Aunque no disponen de una congeladora propia, cuentan con el apoyo de sus vecinos para almacenar los alimentos y mantenerlos frescos en sus hogares.

Tras una jornada en la olla común, Cristina y sus compañeras Florencia, Patricia, Magdalena y Yovana regresan a sus hogares, pero no para descansar. Continúan su labor como madres, cuidando de la educación de sus hijos. Es como si trabajaran sin descanso, enfrentando desafíos constantes. “Claudicar nos pasa a diario, es una lucha constante no solo con las compras, sino también por nuestra familia. A veces nos sentimos abrumadas, pero reflexionamos sobre todo lo que hemos logrado, y eso nos da más ánimo. Mi mayor beneficio es tener un plato de comida diario. Es el sentimiento compartido por todas las madres aquí. Tener ese plato caliente en la mesa y disfrutarlo”, expresó Florencia.

Desafíos Postpandemia y Alianzas Estratégicas

Después de que la pandemia de Covid-19 concluyera y su situación se estabilizara en el país, las ollas comunes han enfrentado una disminución en el respaldo social proveniente de las instituciones públicas. Las donaciones de alimentos se han vuelto más escasas y obtener apoyo técnico para mejorar y asegurar su sostenibilidad en el tiempo se ha convertido en un desafío.

La clave para la supervivencia de la olla común Balcón de Manchay ha sido buscar aliados. Fue así como descubrieron el proyecto Manka Kusi, promovido por la Asociación UNACEM. Esta iniciativa está diseñada específicamente para proporcionar apoyo técnico y social a las ollas comunes en Pachacámac. Este año, cuenta con el respaldo financiero de su principal aliado, UNACEM, y establece alianzas estratégicas con diversas instituciones como Álicorp, Mi Banco, el MINSA y consultores técnicos para optimizar sus esfuerzos y maximizar los resultados.

Mediante la intervención de Manka Kusi, hoy la olla común Balcón de Manchay es beneficiaria y ya cuenta con un módulo de infraestructura de cocina. Es decir, dejaron su antigua instalación y pasaron a tener un lugar con mejores condiciones para cocinar sus deliciosos potajes de forma segura y cómoda.

Asimismo, el proyecto Manka Kusi tiene como objetivo fortalecer el liderazgo de las mujeres y los equipos de cocina de las ollas comunes, con la meta de mejorar la seguridad alimentaria en Pachacámac. Tanto la Asociación UNACEM como la empresa UNACEM están comprometidas en crear valor compartido, enfocándose en iniciativas que beneficien a las comunidades y promuevan un ciclo virtuoso de sostenibilidad a largo plazo. Manka Kusi representa este compromiso de manera excepcional, buscando generar un impacto positivo y colaborar con sus mejores capacidades.

Ahora Cristina y sus amigas poderosas se convirtieron en “Las luchadoras de Manka Kusi” y como dice ella “Nuestra labor social es más para el apoyo al vecino y con el Apoyo de la Asociación UNACEM se viene logrando este objetivo”.