fbpx
Regresar

Las Luchadoras: una historia de resiliencia y solidaridad en Pachacámac

En el Centro Poblado Rural Rinconada Alta de Puruhuay, distrito de Pachacámac, el nombre “Las Luchadoras” no es solo un título, sino un emblema ganado con sudor y lágrimas. Esta olla común encarna el esfuerzo y la determinación de una comunidad que ha encontrado en la unión y la solidaridad la manera de enfrentar las adversidades diarias. “Las Luchadoras” es un testimonio vivo de cómo la cooperación y la resiliencia pueden transformar vidas, incluso en tiempos postpandemia.

La historia de “Las Luchadoras” comenzó el 13 de octubre de 2020, cuando Elizabeth Villano Ramos y sus vecinas enfrentaron una severa crisis de abastecimiento alimenticio en plena pandemia de la COVID-19. Sin muchos recursos y utensilios de cocina, este grupo de mujeres valientes, con ollas prestadas, hizo una colecta y preparó un suculento y poderoso aguadito de pollo. Este plato, hecho con mucho amor, llenó las ‘barriguitas’ de muchos niños y adultos mayores. Desde esa fecha, quedaron convencidas de que su labor marcaba el inicio de una lucha constante para alimentar a los más necesitados.

“Era fundamental colaborar para mantener el funcionamiento de la Olla Común mientras la pandemia seguía afectando a nivel nacional y muchas vidas se seguían perdiendo. He estado apoyando incondicionalmente, cocinando y realizando otros quehaceres durante todo este tiempo. Nuestra misión es clara: no podemos dejar a nadie atrás”, contó Elizabeth Villano, presidenta de la OC Las Luchadoras.

Esta olla común está formada por 21 socios comprometidos que trabajan incansablemente para atender a 66 beneficiarios. Cada día, proporcionan un plato nutritivo a cada uno de ellos por solo S/ 4.50. Aunque este precio pueda parecer modesto, representa la diferencia crucial entre pasar hambre y disfrutar de una comida caliente en la mesa.

Fin de la pandemia, pero la crisis continúa

Con el fin de la pandemia, muchas cosas han vuelto a la normalidad, pero los problemas estructurales aún persisten. Las Luchadoras no tenían un lugar fijo para preparar los alimentos, y seguían cocinando en un piso de tierra sin un espacio adecuado. Además, la falta de agua y conexiones de desagüe ha sido un reto constante para su operatividad en sus casi cuatro años de existencia. A pesar de estas dificultades, han continuado con su inquebrantable apoyo a sus vecinos.

Cuenta la señora Elizabeth que durante este tiempo han venido recibiendo apoyo de diversas instituciones, como el Banco de alimentos, el municipio de Pachacámac, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, principalmente con víveres y utencilios de cocina. Sin embargo, ellas tenían un sueño mayor: tener un módulo de cocina adecuado.

Manka Kusi: el sueño se hizo realidad

Ante la necesidad de apoyar varias ollas comunes, incluyendo a Las Luchadoras, la Asociación UNACEM se ha destacado como un aliado crucial a través de su proyecto Manka Kusi. Este proyecto, que cuenta con el importante apoyo de la empresa cementera UNACEM, viene haciendo realidad el sueño de las ollas comunes: tener su propio módulo de cocina, con una infraestructura segura y adecuada, que les permita preparar sus alimentos en mejores condiciones sanitarias.

Hasta la fecha, se vienen implementando 14 módulos de cocina en ollas comunes de Pachacámac y Lurín, y se tiene proyectado otras 8 hasta fin de año.

Desde el 2022, además de los módulos de cocina, conjuntamente con UNACEM, también venimos apoyando a 54 ollas comunes en el fortalecimiento de sus capacidades de gestión y liderazgo de sus socias e impulsando la generación de ingresos adicionales. De igual manera, con el apoyo de otro de nuestros aliados, como es Álicorp, venimos abasteciendo periódicamente de alimentos a más de 90 ollas comunes.

Hoy en día, Las Luchadoras de Rinconada Alta de Pachacámac cuentan con condiciones adecuadas para llevar a cabo sus labores gastronómicas y seguir apoyando a sus vecinos de manera más segura y eficiente.